Muchas veces la mejor defensa es no defenderse

Por el Lic. ARMANDO SCHAROVSKY (Psicólogo)

-¡Sos un egoísta!

-¿Egoísta yo? ¡¿Justo yo, que hice por vos esto y aquello?!

-¡Sí!  ¡Sos egoísta porque bla y porque bla… !

-Yo no soy egoísta porque bla y porque bla…

¿Cuántas veces se encontró metido en medio de un diálogo de sordos como el que describimos? ¿Cuántas veces alguien lo acusa de algo y Ud. se defiende y se defiende? Esta situación se repite incansablemente entre padres e hijos, entre marido y mujer, entre compañeros de trabajo, etc., en infinidad de lugares y situaciones.

¿Y cual sería la terminación teórica de una discusión de este estilo? María acusa a Juana de ser desagradecida. Juana argumenta en su defensa, y María una y otra vez rechaza los argumentos e insiste en su acusación. Juana continuará defendiéndose entonces hasta que María, hipotéticamente, diga: “Tenés razón, reconozco que estaba equivocada. No sos desagradecida”

Póngase una mano en el corazón: ¿Ud. cree realmente que eso ocurrirá alguna vez?. No. Por supuesto que no. En realidad Juana ha caído en una trampa, ya que María ha asumido los papeles de Fiscal y de Juez al mismo tiempo. Juana ya ha sido condenada por anticipado y en realidad María se está relamiendo frente a sus inútiles intentos de defenderse, como un gato frente a una laucha atrapada. Eventualmente, lo que terminará haciendo Juana, si es que la situación o la clase de relación lo permite, es contraatacar de la misma manera:

-¡Más desagradecida sos vos por esto, por aquello y por lo de más allá! – pero no es lo mismo. Como en el Ta-te-ti, la que hizo la primera movida es la que gana siempre. La persona acusada será imputada además de ser histérica porque en lugar de aceptar “una sana crítica”, terminó “insultando”.

¿Y entonces?

Lo que voy a proponerle no está de acuerdo con los patrones culturales en vigencia, pero le aseguro que es muy eficaz. Simplemente: no se defienda. La otra persona que lo acusa en realidad está esperando que Ud. se defienda, en realidad está necesitando que Ud. se defienda. No le dé el gusto. Estropéele los planes.

Veamos: María la ha acusado de desagradecida. Ud. es Juana. Contéstele: “Es verdad”; o “Puede ser”; o “¿Te parece?” ; o “Ajá”; o “Si vos pensás de esa manera yo no puedo hacer nada para que cambies de idea”. Haga lo que yo le digo, y mírele la cara a su acusadora. Verá el desconcierto. En realidad no sabe como continuar, porque ella estaba preparada para acusarla durante largo rato, rechazando sus vanos intentos de defenderse.

Piénselo. Cuando un abogado defiende a un acusado, lo primero que discute no es su inocencia o culpabilidad, sino la jurisdicción del juez que pretende juzgarlo. Si el Juez no es competente no alega inocencia porque, de alguna manera, defenderse es aceptar que el otro tiene derecho a juzgarlo.

Cuando alguien lo acusa de lo que sea, y Ud. se defiende frente a él, lo que está haciendo es reconociendo que ese alguien tiene derecho a juzgarlo, y que Ud. no sólo acepta esa jurisdicción, sino que también acepta en forma inapelable su veredicto. Por eso se defiende con uñas y dientes. ¿Y es así?. ¿Verdaderamente Ud. necesita que María la declare inocente de ese desagradecimiento del ejemplo, que ella misma denunció?

Hay sólo un caso en el que se justifica defenderse. Cuando alguien querido lo recrimina por algo y le falta información, Ud. puede y debe brindársela. Su amiga le echa en cara que Ud. la clavó sin avisarle en una esquina, y Ud. le informa que en realidad le avisó, dejándole el mensaje a su mucama, por ejemplo.

Cuando la discusión es entre padres e hijos, o entre marido y mujer, también la mejor defensa es no defenderse. Por ejemplo: Su hermano tiene 50 años y es quien lo acusa de desagradecido. Yo sé que se defiende porque a Ud. le pesa y le importa la opinión de su hermano. Pero, dígame: Si de verdad luego de 50 años su hermano piensa de Ud. esa manera, más allá de que tenga o no sus razones, ¿Ud. cree que hay algo que pueda decir o hacer que lo haga cambiar esa valoración? Lo siento: no. Tanto Ud. como él saben que esto es como un juego. Que ya pasó antes y que se volverá a repetir.

Pruebe responder como le sugiero al menos un par de veces . Aunque en este momento no me crea, le aseguro que terminará resultándole divertido.

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